La complicidad de los propietarios de esta residencia gaditana, el buen hacer del arquitecto Valentín Madariaga y el magnífico proyecto de interiorismo desarrollado por la decoradora Marta de la Rica Entrecanales, con un estilo ecléctico y refrescante, convirtieron un antiguo cortijo andaluz abandonado en una fabulosa casa de vacaciones que respira personalidad por los cuatro costados.